Desde las 00:00 del lunes 7 de julio de 2025, transportistas pesados de la provincia fronteriza de Carchi paralizaron sus actividades y bloquearon tramos estratégicos de la vía Panamericana E35 en los sectores de Julio Andrade del cantón Tulcán, y en la ciudad de San Gabriel del cantón Montúfar, exigiendo acciones urgentes al gobierno central ante la creciente inseguridad en las carreteras ecuatorianas. Los conductores afirman que han sido víctimas de asaltos, secuestros exprés y extorsiones, especialmente cuando transportan carga entre Carchi y las provincias de la Costa, como Santo Domingo, Los Ríos y Manabí. “ESTAMOS CANSADOS DE ENTREGAR LA VIDA EN CADA VIAJE”, expresó Juan C., camionero POR más de 20 años. Muchos de los testimonios coinciden en que la situación ha empeorado en los últimos meses. Los delincuentes actúan armados, bloquean las rutas con troncos o piedras, o simplemente aparecen de improvisto para asaltarlos. LA RUTA PANAMERICANA, UN CAMPO DE BATALLA INVISIBLE El cierre en los puntos mencionados se dio de forma espontánea y sin convocatoria oficial de federaciones. Sin embargo, la acción fue respaldada por decenas de transportistas que estacionaron sus tráileres en fila, impidiendo el tránsito. “NO ES UN PARO POLÍTICO. ES UNA MEDIDA DE SUPERVIVENCIA”, declaró uno de los manifestantes que pidió el anonimato. “Cada viaje es una ruleta rusa. A veces uno llega con la carga. Otras veces no», comentó wilfrido Q., otro conductor que salió a protestar. DIALOGAR, PERO CON RESULTADOS A media mañana, representantes del Ministerio de Transporte, Policía Nacional y FF.AA. llegaron a Huaca para entablar un primer acercamiento con los manifestantes. Aunque hubo disposición al diálogo, los transportistas dejaron claro que el paro continuará hasta recibir compromisos reales y medibles. “YA NOS HAN PROMETIDO PATRULLAJES, Y NUNCA CUMPLEN. QUEREMOS VIGILANCIA PERMANENTE Y UN PROTOCOLO CLARO DE EMERGENCIA”, recalcó el manifestante Daniel P. IMPACTO REGIONAL El paro no solo afecta al tránsito local. El comercio binacional con Colombia también se ha visto impactado, especialmente en el eje Ipiales–Tulcán. Centenares de camiones se han quedado varados, generando pérdidas logísticas y económicas. El sector agrícola y de exportación también reporta retrasos en entregas de flores, papas y productos perecederos. Desde Ipiales, medios colombianos reportan una alerta por posibles colapsos en la frontera si la situación no se resuelve en las próximas horas. PROMESAS INCUMPLIDAS En mayo pasado, el Gobierno anunció un plan de reforzamiento de seguridad en vías críticas, pero los transportistas de Carchi aseguran que ni una sola cámara de vigilancia ni patrullero adicional ha llegado a la provincia. “NO QUEREMOS BONOS NI GASOLINA MÁS BARATA. QUEREMOS LLEGAR VIVOS A CASA”, exclamó un conductor veterano que prefirió no dar su nombre. Por su parte José R., 39 años, padre de dos hijos, cuenta que el mes pasado fue interceptado en Quevedo por dos sujetos armados. Desde entonces, José viaja solo de día, en convoy con otros colegas, y aún así, no se siente seguro. “ME AMARRARON Y ME DEJARON EN UN CAÑAVERAL. SE LLEVARON TODO, HASTA LAS LLANTAS DEL CAMIÓN. ¿A QUIÉN LE IMPORTA ESO?”, dijo indignado josé p. Hasta el cierre de este reporte (15:00) la panamericana seguía obstaculizada por decenas de camiones.