55 MILLONES EN PÉRDIDAS DEJA EL PARO EN IMBABURA

Almacenes vacíos o cerrados y  habitaciones sin huéspedes en los hoteles, reflejan la magnitud del golpe económico que sufre Imbabura. Tras 29 días de paro indígena, las pérdidas superan los 55 millones de dólares.

En Antonio Ante, los propietarios de los locales donde se venden textiles, abren sus puertas a pesar del miedo y la incertidumbre, para intentar vender algo y sobrevivir. Pero los clientes no llegan.

“Las ventas se han reducido hasta en un 90%, y varias fábricas detuvieron su producción”, afirmó Santiago Andrade, empresario del sector.

En Otavalo y Cotacachi, la situación es más crítica. Los bloqueos mantienen a las ciudades sitiadas. En Otavalo, los habitantes improvisaron ferias en las calles del centro para conseguir alimentos.

Mientras que en Cotacachi, los agricultores claman por ayuda. Dicen que viven a Merced de lo que la Unión de Organizaciones Indígenas y Campesinas de Cotacachi (Unorcac) decida y permita.

“Ya no tenemos cómo sacar nuestros productos; si no hay paso, no hay venta. Son tiempos tristes para nosotros y no tenemos ayuda de ninguna autoridad”, explicó Ramiro Guerra, agricultor de la localidad.

Algunos propietarios de florícolas, en cambio, no se resignan a perder su inversión y buscan caminos alternos, para movilizar hacia Quito su producción. Sus trabajadores cruzan por quebradas y ríos, para evitar que los manifestantes los vean y les decomisen la carga.

Mientras que en Ibarra, capital de Imbabura, la Dirección de Desarrollo Económico de la Alcaldía reporta una caída del 80% en las ventas en el sector comercial, que representa el 67% de la actividad económica de la urbe.

Aunque los productos siguen llegando al Mercado Amazonas, los comerciantes aseguran que los compradores adquieren solo lo básico. Mientras ellos trabajan con miedo e incertidumbre, porque en cualquier momento, llegan marchas indígenas y los obligan a cerrar sus negocios.

Asimismo, el turismo atraviesa su peor momento: la ocupación hotelera no supera el 5% y más de un centenar de establecimientos permanecen vacíos. Muchos no podrán reabrir las puertas pues el impacto económico los ha quebrado.

Para enfrentar la emergencia, los alcaldes de Ibarra y Antonio Ante anunciaron planes de reactivación económica con el objetivo de devolver el movimiento a una provincia que sigue sumida en una paralización obligada por casi un mes.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio